TAICHI

En la sociedad actual, según nuestro modo de vida, nos encontramos en tensión constante aunque no seamos realmente conscientes de ello. Es indispensable aprender a soltar el cuerpo. La búsqueda de la relajación es el primer objetivo a conseguir y, a partir de ahí, comenzar a trabajar el cuerpo. El principio fundamental del Taiji es la relajación unida a la sujeción del cuerpo. La relajación no significa abandonar del cuerpo como se piensa en Occidente.

La práctica diligente del Taiji equilibra y nutre todo el cuerpo, produciendo una elongación de las partes más cortas y ajustando las más desequilibradas. Estira zonas con pérdida de movilidad y tonifica los músculos más débiles para que logren sostener de forma óptima los huesos, recolocando así la estructura ósea. Proporciona propiocepción corporal para controlar y mover cada parte del cuerpo cuándo, cómo y dónde uno quiera. Hay que conocer las limitaciones del cuerpo (lesiones, acortamientos por falta de movilidad, artrosis) y trabajar correctamente para vencer esas limitaciones.

Coordina mente y cuerpo, dándole, naturalidad, vivacidad, espíritu, actitud y concentración, situándonos aquí y ahora.

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